En una caprichosa disposición de encuadre, flanqueado por guardas verticales milenarias, surgen espacios iluminados que nos muestran unos dedos señalando hacia un mismo punto, descubriendo, casi en forma inconciente, la inquietante adredosidad del tacto y la abyecta entrega de los amantes siderales, que aún no logran conciliar ni tiempos, ni espacios, ni formas.
Arte digital a partir de imágenes de web cams, recortadas, editadas, deconstruidas y ensambladas en un collage visual que sitúa al ocasional observador en un espacio de tiempo y lugar inexistentes, pero que lo remite inevitablemente hacia alguna época remota, a partir de recuerdos que solo existen en la memoria de nuestro ADN. Arte tribal para el siglo XXII? Pinturas rupestres y petroglifos hechos por un cavernícola del futuro? Aztecas en naves extraterrestres visitando el nuevo-viejo mundo? Esas son solo pistas, el resto queda a criterio de ustedes. Solo queda agradecer a mi musa inspiradora «Ðêê Ðèè» (You're always on my Mind...).
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