domingo, 29 de junio de 2008

Mapilhuia

En una caprichosa disposición de encuadre, flanqueado por guardas verticales milenarias, surgen espacios iluminados que nos muestran unos dedos señalando hacia un mismo punto, descubriendo, casi en forma inconciente, la inquietante adredosidad del tacto y la abyecta entrega de los amantes siderales, que aún no logran conciliar ni tiempos, ni espacios, ni formas.

No hay comentarios: