
Las naciones que vieron auges y decadencias ya no existían. Las predicciones mayas jamás ocurrieron.
Pero el deseo por la figura femenina, el erotismo, y los pensamientos cochambrosos volvieron a integrarse a la conciencia humana. Ya no en la forma que alguna vez conocimos, sino en formas nuevas, metamorfoseadas, extrañas...
Y nuevas razas surgieron de esos extraños seres, hasta lo que hoy conocemos...
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