sábado, 13 de septiembre de 2008

Achipahuanotlacaqui

Terminada la Guerra de los 400 años, la tierra volvió a ser lo que era. Igual, pero distinta. Atrás quedaron las millones de toneladas de metal oxidado de tanques, naves de combate, platillos voladores y artillería láser. Todas las construcciones se derrumbaron y se volvieron a construir. Los seres humanos nos convertimos en polvo, y del polvo volvimos a nacer.
Las naciones que vieron auges y decadencias ya no existían. Las predicciones mayas jamás ocurrieron.

Pero el deseo por la figura femenina, el erotismo, y los pensamientos cochambrosos volvieron a integrarse a la conciencia humana. Ya no en la forma que alguna vez conocimos, sino en formas nuevas, metamorfoseadas, extrañas...

Y nuevas razas surgieron de esos extraños seres, hasta lo que hoy conocemos...

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